ESTE ES UN LIBRO QUE ESCRIBÍ HACE TIEMPO, TODAVÍA LE FALTAN ALGUNOS RETOQUES, PERO OS LE DEJO AQUÍ A VER QUE OS PARECE..

martes, 11 de mayo de 2010

CAPITULO 1: UN DÍA ESPECIAL (parte II)


Ya era hora de ir a clase. Se dio un paseo hasta la universidad, sin dejar de pensar en Leo, sin dejar de pensar que lo quería y que aunque todo eso hubiera pasado muy rápido sabía que era especial.

Llegó a clase y fue corriendo hacia Yanhira para contarle todo.

- Yanhira no sabes lo que me ha pasado mientras venía a clase,- dijo jadeando Amanda – he conocido a… -

- Un momento, para el carro, ¿por qué no has venido a primera hora?, te he estado esperando en Olivetti como siempre y como no venías casi llego tarde hasta yo. – dijo Yanhira.

- Estaba intentando explicártelo, cuando venia hacia clase me choqué contra un chico maravilloso, y estuvimos hablando y hemos quedado mañana a las 6 para que le enseñe la ciudad.- explicó Amanda – Me ha dicho que es de Madrid y que ha venido a visitar a sus tíos.-

-¿Pero habéis quedado así, tan rápido sin conoceros ni nada? – dijo alucinada Yanhira.

-¡Si, es que ha sido mágico, como amor a primera vista!- explicó apasionada.- Parecía que le conociera de toda la vida, ha sido alucinante.

Y dando por terminada la conversación se fueron a clase deprisa por que ya llegaban tarde y les tocaba con Marisa.

En clase Amanda no dejaba de pensar en él, en que se iba a poner mañana… mientras Yanhira se estaba quedando dormida con la aburrida clase.

Al terminar las clases, cada una se fue a su casa, Yanhira pensaba ir a buscar a su madre al trabajo y Amanda pensaba en las ganas que tenía de volver a verle, y se dio cuenta de que las horas sin él eran interminables.

¿Le habría embrujado este chico? Solo se conocían desde hace dos horas y no podía dejar de pensar en él, era increíble.

Esa tarde Amanda no podía concentrarse estudiando, todo, por simple que fuera le recordaba a él. Y ya para terminar de desconcentrarse entró en la habitación su hermana de diez años, Carol, y empezó a cotillear por la habitación.

- ¿Se puede saber que estas haciendo aquí, Carol?- Preguntó - ¿No tienes nada mejor que hacer?

- Jobar hija, encima que vengo a verte, de verdad que mala hermana. – dijo Carol haciéndose la ofendida.

- No se yo, ¿seguro que no quieres nada?, es raro verte aquí si no vienes a pedirme algo.- Dijo Amanda riéndose.

- Hombre pues la verdad es que venía a preguntarte, que por qué estas tan contenta hoy, si es lunes.- curioseó su hermana. – Es que me preocupo por ti. – dijo riéndose Carol.

- Pues mira te lo voy a contar, por que es algo tan especial para mí que ni a ti te lo puedo ocultar. – dijo sinceramente. – Te lo cuento si me prometes que no se lo vas a contar a mama y a papa, ¿vale?

Carol se sentó en la cama para escuchar aquello tan especial que le iba a contar su hermana.

- Te prometo que no se lo diré, pero cuenta, cuenta, que me tienes intrigada.- dijo Carol eufórica.

- Está bien, te lo contaré.- le dijo Amanda.

Amanda se sentó al lado de su hermana y se lo contó todo con pelos y señales. Carol estaba alucinada, nunca había escuchado una historia de amor a primera vista, tan romántica.

Esa noche no pudo pegar ojo, pensando que al día siguiente iba a quedar con él, ¿qué le iba a decir?, ¿de que iban a hablar?, ¿a dónde le iba a llevar? Un montón de preguntas que pasaron en una sola noche por su mente, sin dejarla dormir.

Ya era por la mañana y Amanda se había levantado antes que su madre, porque aunque no había dormido casi nada, apenas dos horas, se levanto con alegría, deseando que las horas pasaran como segundos y que cuando llegaran las seis, las horas, pasaran como años.

Se duchó, se vistió y preparó el desayuno para toda la familia: tostadas, mermelada, mantequilla, zumo, leche, café… La cocina olía que daba gusto estar allí.

Entonces se levantó su madre y entró en la cocina.

-Umm, ¡que bien huele! – dijo su madre olisqueando la cocina según entraba.

- Es que he preparado el desayuno para todos.- sonrió Amanda.

Estela la miró, extrañada, ¿hacía cuánto tiempo que no la veía tan radiante?

-Me parece muy bien, ya podías hacer esto todos los días.-dijo su madre riéndose.

Amanda la miró sonriendo, pensando “ya te gustaría a ti “.

Entonces su madre y ella desayunaron las tostadas que había preparado y Amanda se fue a Olivetti a encontrarse con Yanhira para ir a clase.

Cuando llegó a Olivetti, Yanhira ya estaba allí esperando.

- Vamos maja, que casi casi, si no te das prisa no llegamos a clase. – soltó Yanhira mientras ya estaba casi en camino para irse.

-Lo siento, es que he preparado el desayuno para toda la familia y casi no me da tiempo a comérmelo.- se disculpó Amanda.

- Vale, vale – dijo, metiendo prisa - Oye, ¿ya sabes que te vas a poner para encontrarte con tu príncipe azul?- Dijo picarona Yanhira.

- Puf no tengo ni idea.

Su amiga la miro de arriba a bajo y dijo:

- A ver, a ver, yo creo que triunfarás si te pones el vestido blanco – dijo definitivamente Yanhira. – hazme caso que te lo dice una experta.

La verdad es que Yanhira era una verdadera experta en todo esto de la ropa, por que su madre, Maite, era diseñadora de moda y tenía una tienda en la cuidad.

- OK te haré caso, siempre funcionan tus consejos sobre moda.- dijo Amanda alegrándose de tener una amiga que supiera tanto del tema.

Y entraron en clase corriendo para no llegar tarde. Las cinco horas de clase que tenían aquel día se le hicieron eternas, no veía la hora de que se acabaran para irse a casa a comer y prepararse para su cita, ¿cita, aquella salida era una cita? Ella esperaba que si lo fuera, por que parecía que se había enamorado.

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