ESTE ES UN LIBRO QUE ESCRIBÍ HACE TIEMPO, TODAVÍA LE FALTAN ALGUNOS RETOQUES, PERO OS LE DEJO AQUÍ A VER QUE OS PARECE..

jueves, 15 de julio de 2010

CAPITULO 5: MUCHA INFORMACIÓN JUNTA.


Había pasado un tiempo y las investigaciones continuaban pero no se sabía ni quien fue el asesino ni por qué lo hizo.

Aquella tarde Amanda había quedado con Leo, para ir a merendar a la Taberna del Océano, así que aquella tarde Juan siguió con las investigaciones él solo.

Juan estaba en la mansión de los Márquez, a ver si encontraba algo que le llevase al asesino del empresario. Entró en una de las habitaciones de la gran mansión. Allí había una cama con una colcha azul oscuro que arrastraba por el suelo, un espejo que ocupaba casi toda la pared. Había un tocador enfrente de la cama, y encima un gran joyero de dos plantas. Juan lo abrió y su sorpresa fue encontrar allí aquello que llevaban tanto tiempo buscando, el medallón del señor Márquez.

- ¡Sheila, ven un momento por favor! –grito Juan desde la habitación.

Al entrar Sheila se acercó a Juan y vio el medallón dentro del joyero.

- Pero, Juan ¿ese no es le medallón de Márquez?

- ¡Exacto! – dijo Juan satisfecho de haber encontrado algo que les pudiera servir de algo. – Lo voy a llevar a comisaría para que lo analicen.

El comisario cogió el collar con unos guantes, lo metió en una bolsa de plástico, salió de la casa inmediatamente y en menos de diez minutos Juan estaba en la comisaría, ansioso de ver que encontraba allí.

Mientras tanto, Amanda había quedado con Leo, se encontraron donde el primer día porque desde entonces siempre quedaban allí.

Amanda estaba convencida de haber encontrado a su chico ideal, Leo para ella era un sueño echo realidad, cuando estaba con él se sentía realmente bien y no le importaba nada más. Haberse chocado con él aquel día fue lo mejor que le había pasado nunca. Leo era un chico muy agradable, guapo e inteligente que le caía bien a todo el mundo, a sus padres, a sus amigos…era el príncipe azul que había estado esperando después de lo mal que lo paso tras su última relación. Eso si, a Leo no le gustaba hablar de su familia ni nada de eso, siempre que Amanda hablaba de ello o el preguntaba, él cambiaba de tema, pero eso era lo de menos, lo importante es que la quiere y ella lo sabe.

Eran las cinco y media y estaban paseando por la fuente en la que se dieron su primer beso, les traía muy buenos recuerdos y solían pasar a menudo por ella.

- ¿Te acuerdas de cuando estuvimos aquí por primera vez? –dijo Leo de repente, mientras se paraba y la agarraba por la cintura.

- Pues como no me voy a acordar si fue el momento más feliz de mi vida, además… nos dimos nuestro primer beso por si no te acuerdas…- decía Amanda picarona, sonriendo a Leo.

- Fíjate… ya ni me acordaba de eso. – dijo Leo siguiendo le el juego.

Entonces fueron a besarse cuando alguien les interrumpió.

-¿Es usted Leo Casademun? – Les sorprendió Juan

- Si, ¿por qué, qué pasa?

- Esta usted detenido por presunto robo y asesinato del señor Márquez., acompáñenos por favor.

- No puede ser, esto tiene que ser un error.

Amanda se quedó con la boca abierta, no sabía de qué iba todo aquello. Juan y unos policías más arrestaron a Leo, lo metieron en el coche patrulla y se lo llevaron a comisaría.

Amanda fue corriendo hasta la comisaría, seguía sin entender lo que pasaba, ¿qué tenía que ver Leo con todo aquello? Cuando llegó intentó hablar con Leo pero un policía de los que estaban allí no la dejó pasar por que Juan le estaba interrogando.

- Leo, hemos encontrado en el joyero de una de las habitaciones de la mansión, el medallón que desapareció la noche del asesinato de tu tío, por eso queremos saber que hacía allí el medallón ya que tiene tus huellas y no puedes negar que sabías que estaba allí.

Enseguida Leo se agarró el pecho buscando algo, estaba buscando su medallón, se lo había dejado allí, en el joyero del cuarto de la casa. Cuando fue a recoger sus cosas se lo dejó allí.

- Señor comisario, ese no es el medallón que le robaron a mi tío y claro que tiene mis huellas por que ese es el que heredé de mi madre cuando murieron ella y mi padre en un accidente de coche hace dos meses .Verá, volvíamos de una boda y mi padre había bebido, lo normal para una boda, pero lo suficiente para que yo decidiera conducir. Llegamos a un cruce y por la derecha apareció un coche que se había saltad un semáforo y nos llevo por delante… Fui el único que logró salir con vida, mis padres… murieron en el acto. Entonces me vine aquí, allí en Madrid ya no tenía a nadie…

Leo se puso las manos en la cara y empezó a llorar, Juan lo miró y vio que decía la verdad. Seguidamente Leo se frotó los ojos y miró al comisario con los ojos empañados.

-Comisario, le estoy diciendo la verdad, ese medallón es el mío, el que heredé, se lo puede preguntar a Olivia, ella sabe que lo tengo…o también se lo puede preguntar a Amanda, ¡si! ella me lo vio el día que quedamos por primera vez, mi tío seguía vivo y todavía no le había desaparecido, pregúnteselo comisario, pregúnteselo...

-Esta bien tranquilízate, voy a hablar con Amanda y saldremos de dudas.

Juan salió de la sala donde estaba interrogando a Leo y fue a buscar a Amanda a su casa, pero al salir se la encontró allí esperando en la puerta de la comisaría, yendo de un lado para otro.

- Juan, ¿qué está pasando, por qué habéis detenido a Leo, qué tiene que ver él en todo esto, qué...? – gritaba Amanda alterada.

- Tranquila Amanda, acompáñame a una sala y hablaremos más tranquilos. – Dijo Juan mientras la llevaba dentro de la comisaría. Entraron en una sala que estaba al lado de donde se encontraba Leo.

- A ver, antes de nada, te tengo que hacer una pregunta, antes del asesinato a José Márquez, ¿le habías visto a Leo un medallón de oro con un águila dibujado, como el que nos describió Olivia?

- Si, el primer día que quedamos fuimos a cenar a la Taberna del Océano y estando allí me fijé en su medallón y le pregunte por él y me dijo que era una herencia familiar, pero no me dijo más.

- Y ¿por qué cuando Olivia nos describió el medallón no dijiste nada, si te recordaba al que llevaba Leo?

- Pues no se, pensé que era una casualidad simplemente, pero, ¿por qué me preguntas todo esto, que tiene que ver con el asesinato de Márquez?

- Verás, la madre de Leo y el señor Márquez eran hermanos y Leo había estado en la mansión y resulta que en un joyero de la que había sido su habitación encontramos un medallón como el que desapareció la noche del crimen, lo lleve a comisaría y encontramos sus huellas y todo apuntaba a que Leo había robado el medallón y posiblemente matado a su tío.- Amanda no daba crédito a lo que estaba oyendo en esos instantes.- era difícil de creer pero era una posibilidad, entonces le detuvimos, pero nos ha explicado que este, es otro medallón, y que lo heredó de su madre al morir su padre y ella en un accidente de coche hace dos meses y como además tu nos confirmas que tenía el medallón antes de que desapareciera… no hay más que hablar.

- Cuanta información en tan poco tiempo… - Dijo Amanda aturullada.

Juan fue a buscar a Leo y le dijo que ya se podía marchar y que Amanda le estaba esperando fuera. Leo salió y Amanda fue corriendo a abrazarle aunque todavía no entendía por qué no le había contado nada del accidente de sus padres y de que Márquez era su tío, pero imaginaba que no el gustaría mucho recordar lo de sus padres ya que habría sufrido mucho. Y así era, Amanda y Leo estuvieron hablando y Leo le contó todo, que no había hablado del accidente de sus padres por que se sentía culpable, porque él era el que iba conduciendo aquel día y fue el único que sobrevivió.

Volvieron a casa y de camino se encontraron con Yanhira que venía con su madre, que seguramente acabaría de terminar de trabajar.

- ¡Buenas parejita! – Dijo Yanhira con una sonrisa de oreja a oreja, pero enseguida vio las caras de Amanda y Leo y se dio cuenta de que algo pasaba y le dijo a su madre que fuera yendo para casa, que ella iba después.

- ¿Se puede saber que os pasa que venís con esas caras?

Decidieron ir a sentarse a algún sitio para contárselo más tranquilamente. Fueron a un banco del parque y allí Leo y Amanda le explicaron todo a Yanhira, que se quedo con la boca abierta.

- Vaya… ¡Qué pasada…! Parece una historia de terror… -Decía Yanhira sin poder creerse lo que acababa de escuchar.

Estuvieron durante un rato dando un paseo pero enseguida se fueron a casa por que había sido un día muy duro para todos.

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